viernes, 21 de mayo de 2010

Expiad mi existencia

Hoy me quedo del lado de los perdedores. Ahí todavía la lucha aspira a lo esencial. Ahí donde habita el padecimiento eterno. Sus voces y sus sonrisas pretenden liberarse de un lastre predeterminado que nunca sufragaron. ¿Cómo no acunar sus deseos? Hoy mi ser reclama quedarse en esta acera y dar rienda suelta a la cómoda mirada escrutadora. Anhelando compartirlos y compartirme todo el tiempo que el gerundio ose permitir.

¿Dónde me quedo yo sin la certeza de vuestra existencia? No. Nunca desapareceréis. No existirá tal milagro. Sois demasiados, innumerables. Hoy os establezco como mi necesidad, y me tumbo en vuestra orilla. Convidemos y procuremos olvidar que no nos pertenecemos sino en la medida que nos permite este factible intervalo. ¡Si supierais el insuflo de vida que sopláis en mi persona y el inabarcable halo de savia que ofreceríais a los disipados ganadores!

Hoy pierdo. Quiero adentrarme en vuestra mirada esperanzadora, en el lamento que os aqueja, en la aflicción y el deleite de vuestros corazones, tan válidos y tan ocultos. ¡Qué osadía! Posicionarme a través de meras palabras que todo y nada saben del colosal sufrimiento de la humanidad, esa desazón inmensa que solo puedo sentir a través de vosotros, los que todavía no os habéis salvado. Conjuguemos las infinitas posibilidades para unirnos en diversos emplazamientos y finitos tiempos, consentirme nuestra alianza indefinida pero obligatoriamente. Sin la certidumbre de nuestro trato se hunde la felicidad y expectativas de mi futuro.

Os entrego mi redención redireccionada desde el bienestar, os entrego absolutamente nada presumiendo de su valor. ¡Ilusa, ilusa, ilusa! Permitidme que la superioridad que reina en cada acto de bondad sea destronada instantáneamente.

2 comentarios:

  1. Rachel Merrik, quisiera transmitirle una sincera felicitación, pues me ha conmovido su texto debido a las razones que expongo a continuación: Por su certera mirada, por haber apuntado con acierto y disparado al blanco, por la cuidada y estructurada complejidad y riqueza, por su belleza y poesía ("las palabras que todo y nada saben del colosal sufrimiento de la humanidad", me encanta, me recuerda a Sabina o Benedetti incluso, aunque suene a mucho decir), pero sobre todo, porque su escritura deja entrever un conocimiento de lo humano y lo interior de las personas, del que pocos pueden presumir; hablo de una chispa atípica, incluso en la prosa del más alto nivel. Espero no le suenen a bula estas palabras, pues trato de ser lo más sincero posible intentando que no me afecte el increible cariño y aprecio que le tengo. No se si lo he conseguido, juzgue usted.

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  2. Ui, yo me acabo de enamorar de los dos :)

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