P.D.: La vacuidad es premeditada, protectora y necesaria.
martes, 28 de diciembre de 2010
Me subyuga la cruel intensidad poética del choque entre las fuerzas opuestas que convergen en la expresión "tu puta madre"
P.D.: La vacuidad es premeditada, protectora y necesaria.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Son de emisión
1º Capítulo: La Escaramuza
La noche sonreía y se removía,
-Ahora os odio-
Se repetía Szinka mientras huía hacia casa, el rudo frío traspasaba sus vestiduras en un caminar acelerado y seguía, pese a todo, buscando ese atisbo de complicidad o aquellas palabras de amparo en cada mirada que le regalaba la gente que galopaba en aquella calle desierta.
Attila recorría aquella avenida desenfadadamente, con la seguridad propia de su naturaleza. Había decidido tranquilamente marchar de aquel bar sin avisar, era consciente de que el grado de bienestar de su psique podía depender de aquello. El alcohol y las luces actuaban hoy como enemigos, era tan solo capaz de ver instintos saltando por los aires mientras chocaban con la música electrónica, veía al ser humano en plena posesión de su libertad, degradada e insincera. Era una pena que hoy no fuera una de esas noches en que el ambiente había sido de su agrado y haber podido disfrutar enormemente sucumbiendo en la lujuria. Dejó de lado aquellos recurrentes pensamientos conforme veía acercarse trotando una figura que le hizo concentrarse en un asunto que le tenía preocupado desde hacía un tiempo. Otra vez, como tantas noches desde hacía aproximadamente dos meses llegaría solo a su piso, con sensación de insatisfacción y habiéndose autonegado al disfrute de las delicias de nuestra raza.
Un embrujo en aquel aire helado o una conjunción de todas las moléculas que facilitan el atrevimiento le impulsaron a decidir que esta era la noche, aquel el lugar y ella la afortunada.
- ¿Crees que uno de los baremos para medir la profundidad de una persona podría ser la cantidad y cualidad de sus dudas?
- Sí, pero sería muy difícil construir un baremo de cada persona.
- No excesivamente, si sabes y quieres hacerlo.
- También se podría medir esa profundidad según la manera en que es acorde su comportamiento a sus principios o a lo que dice que son sus principios.
- Pero eso es más variable, los principios actualmente no están tan definidos a grandes masas como antes o como en otras partes del mundo.
- Pero hay principios que deberían venir definidos directamente por las necesidades intrínsecas del ser humano, solo por las alabables claro. Además a lo que me remitía es a si crees en algo como principio y a partir de ahí, llevas a cabo la acción o no. Por ejemplo si te preocupa el medio ambiente o si dices que te preocupa y después tus actos lo perjudican, tu profundidad como persona es menor.
- Pero estos convencimientos entran muchas veces en contradicción con lo que te conviene o a lo que estás acostumbrado. En el mundo occidental los principios podrían venir dados por aquello que concebimos como bienestar y como particular.
- Te podría poner una excepción a eso, no me sale perfecto pero comiéndome el puto frío sigo bajando en bici a la Uni, no es para alabar, sé que no cambio nada pero me siento a gusto conmigo misma.
-¿Y cómo combates la comodidad?
-Es cuestión de paz interior
-“Un corazón que se autolesiona para solucionar los padeceres de la humanidad”
-No me vaciles, no es eso.
-Ya, lo decía en serio. No sé, Me cuesta comprender el mundo en el que vivo, tanto que constantemente pienso que es imposible. Que la complejidad de los procesos que han llevado en la actualidad al punto concreto en el que estamos es imposible de manejar mentalmente, es imposible siquiera acercarse a lo que ella quiere transmitirme, a lo que este momento de la historia me ofrece para poder desarrollar la función de mi vida.
-Sigue sin excusarte del compromiso que su existencia debería acarrearte. Aunque supongo que es cuestión de necesidades interiores, tampoco puedo juzgarte por ello.
-Ya lo estás haciendo. Suele ser costumbre del que se halla superior en cualquier aspecto moral o cultural intentar no lastimar verbalmente al que no llega a su nivel.
-Ya. Lo siento.
- También suele pedir perdón cuando su acto es claramente expuesto en el lugar común de la conversación.
- Vale pues entonces…¡ Siéntelo! “Ten ese corazón que siente las cuestiones que han degradado nuestra historia” No dejes que yo te tenga pena, no permitas que te sea superior en ello.
- La apatía roza el corazón de cada ser humano en cada movimiento e intento pese a todo que asi no sea conmigo, aunque no me atrevo a llamar a lo que me guía principios. Intento portarme bien con el ser humano, respetarlo en toda su medida como habitante del mismo basándome en lo que conozco de él y en el intento constante de conocerlo más mediante la empatización, por ejemplo. Soy consciente de muchos de los problemas, leo los periódicos todos los días y mantengo el espíritu abierto a cualquier información, la leo, la veo, la escucho. Reconozco que posiblemente vengan dados por esa complejidad de procesos ya comentada pero no puedo hacer más.
-Yo no hago más, hay un equivalente. Aun así prueba el acto concreto, hay muchas posibilidades para ello.
-Sí, tienes razón. Realmente nunca me he planteado seriamente una ayuda directa o programada por un ente mayor a mi persona.
- Pues plantéatelo a partir de ahora.
-Seguro que siempre has creído que eras buena persona.
-Nunca he dicho eso.
- Pero siempre lo has pensado. ¿Sí o no?
-Sí
- En el monólogo interior no suena ridículo repetírselo. Soy Attila
-Szinka
Un apretón de manos y una mirada de aprobación pusieron el punto final.
Attila subía las escaleras del 42 de Nagymezö utca. Llegaba solo, con sensación de satisfacción y habiendo disfrutado de las delicias del ser humano.
Tal como dijo él en su monólogo interior justo antes de iniciarse al placer del sueño:
“with a satisfied mind”
martes, 23 de noviembre de 2010
Cuando se reinventa la apariencia.
Aquella noche las nubes se confundían con el humo de mi cigarrillo, volaban bajas y pasaban deprisa. Cuando se reinventa la apariencia es el viento quien dispone los punto y aparte. Así, buscarás entre las ratas y las esquinas de un armario con carcoma, entre las toallas sucias de un lujoso hotel y encontrarás la piel de un extraño, el sabor de un buen trago.
Las habitaciones ya estarán cerradas, cartas a medio escribir, velas consumidas, sillas perfectamente ordenadas, camas deshechas y alfombras abandonadas a imprimir su sello individual sobre el parqué.
Corramos pues a desatar los nudos, a procurar reflejo en los cristales y a sonreír con la lluvia, con la cercanía del río y con el olor a castañas asadas.
A deshora y destematizado me traes ideas para cinco o seis cafés. “Es lo de siempre -te atreviste a añadir- pero en realidad, ahora, quiero hacerlo de un modo distinto al habitual”. “Engañarme siempre te ha resultado muy fácil, sobretodo, si me hablas en pasado”, apostillé. Tienes que dejarlo ser para que, simplemente, sea.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Circularmente.
Armonizan su estampa vidas sin invento en las que un cruel gesto en espiral coloniza los instintos codiciando ser el primero en la rifa de sucesos.
Nada, he existido.
De manera tonta van puliendo experiencias que albergan menudas y
Esperan brillando en la cima canciones esgrimidas de odio sin horror y
Sí, he amado para encontrarme.
Relajadas en su prorroga constante brincan las turbaciones que no merecen ser comunicadas y son, son dueñas de su pesar, de sus sentimientos universales y sus historias particulares.
En fin,
Buscará otro mínimo resquicio por el que atacar en vano y luego se perderá.
Pero dime, respóndelo tú: ¿Quién no se pierde a estas alturas?
martes, 21 de septiembre de 2010
Como si no lo fuera
Que sería mentirosa, bastarda,
sábado, 4 de septiembre de 2010
Poema inservible
domingo, 22 de agosto de 2010
Vida, amor y sus mentideros
martes, 10 de agosto de 2010
Él.
La etapa estival había dado a luz a nuevos pareceres. Qué alegría más tonta materializar las posibilidades de reinventarse, poder cambiar esquemas mentales, opiniones o formas automatizadas que confundía, el pobre, con innatas. Ser capaz de pisarlas con descaro para welcomear nuevos pareceres, para habitar rincones muertos y túneles inservibles de su personalidad. Le resultaba alentador, incluso conmovedor según la estima y contemplación que tuviera o siguiera de sí mismo, lo cual no sé concretar todavía. Le empujaba a fantasear la siguiente parada, le producía inanición la sed de experiencias que almacenar en el álbum mental y el hambre de ser humano en formatos varios, idolatrando conceptos como aprender y desaprender por insaturables.
Paseaba por los lugares de los infinitos cruces de miradas y cuerpos que repiten destinos y orígenes en su monólogo interior mientras se debatía entre la cercanía y la lejanía que el contexto había interpuesto entre tú y el, yo y ellos, nosotros y vosotros, entre la posibilidad y la ofensa, entre todo lo que es pasado y le conducía a este ahora, despreciando y admirando por suerte o desgracia. De forma más sutil le producía una sonrisa o un vuelco al estómago el hermano gemelo de la emoción que le aterrorizaba y compartía un punto del discurso que proclamaba su enemigo acérrimo e ilusivo. Sin más ni más, apoyaba o descartaba acciones del mismo ser humano, o rechazaba y alababa la misma acción realizada por diferentes personas.
Señalaba corrompido al culpable de guardia varias veces por semana, aunque ya hacía tiempo que tras profundizar en diversas dudas existenciales había decidido autoculparse sonriente ( en varios puntos) y por lo menos, valga la consideración, no echarle el muerto a nadie, lo cual le exculpaba mucho sobre todo en el ensimismamiento.
Si tras tantos pensamientos destinados a aceptar o rechazar las bases de las que parte el momento puntual y el lugar exacto en el que le ha tocado vivir, con sus positividades, futilidades y negatividades, decidió aceptar e introducirse, formar parte de ello asumiendo los riesgos que produce firmar conociendo la pequeña letra cabrona. ¿ Podía pensarse mejor por creerse capaz de definirlo?
No.
Sí.
No lo sé.
Sabía que estaba dando por supuestas una serie de bases mentales desde las cuales avanzaba, bases propias y críticas, pero la mayoría de ellas solo podía argumentarlas hasta un punto, hasta que alguien demostrara consciente o inconscientemente que una de esas bases podría mejorarse, modificarse, eliminarse, difundirse… Él, desde tu postura de observador, sentía en constantes ocasiones que tras ver tal tenía que cambiar pascual, y que de él solo dependía, que nadie más entraba en juego al hablar de su mente. ¿Cambiaba? ¿Podía cambiar pese a rechazar, por ejemplo, algo que le parecía más lícito? o ¿Quizá algo que le parece más emocionante? , ¿Más verdadero? Si me apuras. Tal vez podría hacer que conviviesen, por el rollo de la riqueza o bueno, simplemente quedarse con la anterior pese a tener ya demasiadas dudas sobre la susodicha. Le preguntaba a su paisaje de turno si era factible, si la mente puede rescatar de la realidad pareceres que asimilar, si no era aconsejable guiarte en unos adoptados como válidos.
-¡Qué desasosiego!- Reclamó.
martes, 3 de agosto de 2010
Tres lugares por cada mundo
Reemprendo este texto porque pretendo (aún a sabiendas de que las pretensiones son tildadas de etéreas) rastrear también los lugares que el mundo esconde para mí en otras ciudades, con ánimo de volver algún día a impregnarme de sus raciones de vida en pequeñas dosis o de que otros puedan hacerlo por mí.
P.D. No cobro comisiones en ningún caso.
miércoles, 9 de junio de 2010
TANGIBLE calor / Poesía intuitiva (poema nº 2)
por desabrigarte del sueño,
sin quererme dormido,
y mis venas recorrido y desacuerdo.
Y yo, dueño de la nada,
de balcón revertido,
lubrico mañanas
con aceite y destino.
Lastrar la vida despierta,
no más vueltas, girar sin veleta,
desechando poesía en tu envés
y arrodillar el deseo, de seda,
que ya no ves.
viernes, 4 de junio de 2010
Poesía Intuitiva (poema nº 1)
No sería nada.
¿Cómo sería mi vida fuera de la realidad?
Sería nula.
No habría tinta,
ni cuaderno,
no habría palabras,
ni versos,
no tendría tiempo,
ni deseos,
ni alma, ni pensamientos…
¿Qué cómo sería mi vida fuera de la realidad?
Sería algo y no sería nada,
sería cero y sería cientos,
sería mucho y muy poco,
sería todo y sería eterno…
¿Qué cómo sería..?
Sería libre y tranquilo,
no habría monstruos,
ni inquilinos,
sería todo lo que no se ha dicho,
sería algo desconocido…
sería…
¿Qué cómo sería mi vida fuera de la realidad?
No sería nada.
¿Porqué no arrugo entonces este papel
que apenas vale nada?
Porque no estoy fuera, porque estoy dentro,
porque no soy poeta, soy sentimiento,
porque no soy amor, soy viento,
que no estoy, que sólo siento,
que a veces vengo y a veces voy…
¿Qué cómo sería…? Desgarramiento…
No habría dolor,
no lo siento.
No habría corazón,
no habría aliento…
¿Qué cómo sería mi vida fuera de la realidad?
¿Qué cómo sería…?
No sería... no te miento.
lunes, 31 de mayo de 2010
Hilos diáfanos.
Miles de flechas atravesaron la estancia. Su filo, desbastando el oxígeno, era la representación perfecta de todos tus ideales, tus disimulos y falacias. Pero los portones de verduzco roble volvieron a abrirse y ríos de sangre se desbordaron gota a gota por la roñosa escalinata. Te advertiste, por fin, ahogado en tu charco de premeditaciones, de monomanías y calumnias. Se delineó entonces una preciosa circunferencia, te rodeó, coagulada e intensa. De ella pretendiste deshacerte, pero otra vez, no pudiste. Te desbarató, y todos en la sala te observamos y apuntamos con nuestras lanzas hacia tu estómago, no obstante, solo reímos.
Hizo presencia el viento huracanado. Con él se presentaron tus despechados cómplices, la burla y el griterío. Sin embargo, rudo el capitán, arrió las velas. Prefería impregnarse de espesa sangre que sentirse impulsado, manejado por aquellos que le aborrecían. Sentiste pánico y tu destartalado cráneo se lleno de recuerdos. Se encendió al tiempo el proyector de la memoria, y te conociste una y otra vez, escenas equivalentes, condiciones simples, que redundan para siempre. Buscaste los hilos que te relacionaban con aquella cruz de madera, mal encolada, pero que subyuga y empalaga. Mostraste al público tus órbitas inmaculadas para alzarte y gritar: “¡Marioneta!”.
Con tu aullido el tejado se dividió, y se recogió bajo las aguas de la pertinaz lluvia. El recién inaugurado espacio no dio paso a más sangre, sino a vómitos y desesperanzas.
Se disipó aquel hedor y una extensa y consumida rama, cargó el cincel y el martillo. Se dispuso a taladrar los muros con su pulcra grafía, a agujerear tu cabeza. “Disfraces de vida, marchan, respiran e incluso lloran y ríen, pero caen solas, se desmoronan solas. Lucen pecho y actitud, erguidas con desdichados hilos, translucidos para el dueño, diáfanos para el esclavo”.
Los pies se te habían enraizado al suelo. Lecho que cabalmente enlosaste, que tan eterno y fiel creías, te falló, como tantos otros. Se impregnó de ti, de tus truenos, tus susurros y mensajes. Solamente quiso aprender de ti y desecharte.
Cayó entonces la última hoja, señora de todo lo lóbrego. Recogió los escombros y la escoria del lugar, te engulló a ti y nos masticó a nosotros. En último lugar se frunció sobre si misma y la oscuridad reinó.
domingo, 30 de mayo de 2010
ESBOZO DESESPERADO
La sospecha, además envolvente, es recurrida, mas yo sospecho de esa.
La negrura es epílogo, mas yo no la oteo en la techumbre,
me sostengo en su zócalo.
La caída es hacia abajo, mas yo me apuntalo,
aunque deje una estela de encabezonada sangre y roja locura.
Emergeré sin aire, ahogado y exhausto de un vaso medio vacío.
Me agarraré a lo eficiente del tópico, me haré aliado de la lozanía,
y enemigo del ateismo estival.
Para mi el erigir el alma, es el atisbo de un haz de albor,
la belleza salvadora, el arte dardo de futuro.
Y el ensueño los raíles del sueño, y la vida vereda hacia la vida.
ENTES PRIVATIVOS
¿Los sientes verdad? Los sientes a todos desfilando y tropezando del juicio al blanco de tu pecho, gatean adormecidos, trepan vivaces, dan volteretas laterales y remontan hasta la piel para entumecer el suave vello. Cada uno con su ritmo, melodía e intensidad. Nunca dejarán de marear (alivio y pesar) por mucho que los manifiestes por diversas vías, aunque explores concienzudamente para describir su esencia, transformarán su imagen y su fondo cuando estés apuntito de llegar, con un pelín de tu propia ayuda. Así desbancan o desbancas el aburrimiento y de tal manera prolongan o prolongas eternamente el egoísmo.
Una vuelta más que el narrador omnisciente en tercera persona, todo lo que nos salva, lo que hace perdurar el individualismo, lo que grita en silencio, y piensa, insulsamente, que no implora ser extraído. Demarcación pedante, refugio acolchado y punzante, el único lugar en el mundo donde pedir auxilio no acarrea una ligera repugnancia y debilidad hacia el propio yo.
¡Débiles de corazón!
¡Empatizadores!
¡Apostadores de la transferencia por propia necesidad!
¡Desafiantes del atrevimiento interpersonal!
Habéis decidido ir dejando cual migas de pan parte de vosotros en este caminito ¿Olvidáis la aversión?¡ Tened cuidado! Las consecuencias son más que terribles, os exponéis a compartir, consultar, aprender y trascender. En ocasiones oigo vuestras aliviadas voces comentar que la veta privada tiene una grandeza, y al convertir en pública parte de ella, no desaparece su riqueza, sino que conforme es liberado aquello que agoniza reconstruís el resto de los componentes y el avance es destacable. Pero no os creo, nunca os creeré. Arriesgáis, os retáis ante un lúcido espectador, no saldréis airosos. Yo no soy uno de los vuestros, es imposible que me rinda a la confianza, yo que albergo consciente mi fortuna inmaterializable. En el marco de aullidos sigilosos he de seguir reformando lo que no he usado para repercutir, aun me quedan mil y un recursos superficiales, no los desaprovecharé de manera tan humana.
El exclusivo y natural mundo interior. Doloroso sin dilación, envidioso por excelencia, ególatra por definición, incógnito pero intuido por los lúcidos. El pobre es acunado en las circunstancias, señalado con admiración y curiosidad por unos cuantos, enmarcado en la trivialidad por otros muchos, estipulado ignorantemente por otros tantos.
Aunque despreciable al atisbarse tiene una preeminencia clara y concisa: es una indagación insaciable.
jueves, 27 de mayo de 2010
Solamente per pensare
Antes de dar comienzo a este juego para niños nietzscheanos tenemos que aseguraros de disponer del equipo necesario: 1) aturdimiento provocado por la necesidad de ahondar en una infinitud de pensamientos inconexos, 2) cierta pasión por enfrentarme a dudas acechantes que me considero capaz de apaciguar, más 3) la pequeña dosis de egolatría que acompaña a aquella que escribe pensando que quizá alguien, algún día, pueda estar interesado por leerlo.
A mi antojo traigo a colición unas ideas probablemente inocuas. Me protege la excusa de escribir para mí. No obstante, desvelaré ya mis humildes intenciones para no tener engañado entre palabras al posible lector: en este curso universitario por el cual las campanas comienzan a redoblar, he asimilado un valioso aprendizaje que, a riesgo de ser cargante después de tantas conversaciones al respecto, he querido metaforizar en este texto, como recuerdo y homenaje a estos días de filosofía y humo, pero ante todo, como estímulo imperecedero. Hago alusión a una actitud existencial basada en el repensar, es decir, en no cesar de aprender pero tampoco de cuestionarse lo absorbido. Asentar, pero sin negar nunca la vulnerabilidad de las propias ideas.
Situaré el desvarío. Se trata de una sala con puertas y ventanas coloreadas emulando a la de aquella niña de vestidito azulado que en su propia imaginación se construyó un país. Pues bien, el acceso a la cueva se da a través de las ventanas. Ventanas innumerables que exigen un pensamiento orientado aunque simple y que a estas alturas ya no es demasiado complicado atravesar. De hecho, si yo estoy ahora en esta cueva dispuesta a correr hacia una puerta dibujada es porque ya me he impulsado sobre el alfeizar de varias de ellas, tentando a las convenciones disfrazadas de verdades que tratan de dar cuenta de la libertad, la felicidad, el bien y el mal, las relaciones interpersonales, la naturaleza humana o nuestra identidad, el amor o la muerte. No pretendo enaltecerme, pero de este modo he ido encontrando cuevas que son refugios y, sin embargo, quiero más. ¿Alguien me sigue?
La cueva en la que nos hallamos es uno de esos lugares de una argumentación bien estructurada a los que se arriba tras varias reflexiones con una misma, en compañía o ambas. Pensamientos elaborados en torno a los múltiples ámbitos por los que divaga el pensar humano. Es un éxito, has buscado la cueva y encontrarla te da aire y te tranquiliza.
Tamaña parrafada metafórica para llegar a algo que ya sabíais y que podría haber comentado en cuatro líneas. Disculpad mi osadía. Me he aliado con las palabras y he olvidado al lector. La ventana, la cueva, las puertas, son solo una excusa para hacer un análisis de una estructura mental imaginaria. Son, después de todo, una llamada a la autonomía crítica, una lanza rota en pos de la filosofía.
martes, 25 de mayo de 2010
PROMISCUA EMBOSCADA
Yo voy por las agradecidas hileras discontinuas del amor que ya no es mito.
Y en el cuerpo, refugio indómito, busco la tristeza opaca de tus lunares.
Desde ahí, veré resbalar el deseo en toboganes de cinc oxidados.
Yo construyo extrapoladas letras para jardines,
donde aniñados duendes vomitan su barullo.
Ahí dejaré el misterio, el robo, el tiempo y el espacio, de mi afónico eco;
la sin final aventura de los versos, de sus infinitos y eternos huesos.
O volver de nuevo a tu cuerpo,
y empezar otra vez desde cero.
Donde calaveras impacientes esperan revertir en pedazos de aroma los extraviados rayos del Sol.
Pues sobrevivir en tu mirada es la más promiscua de las emboscadas.
domingo, 23 de mayo de 2010
Descomposición.
viernes, 21 de mayo de 2010
Expiad mi existencia
¿Dónde me quedo yo sin la certeza de vuestra existencia? No. Nunca desapareceréis. No existirá tal milagro. Sois demasiados, innumerables. Hoy os establezco como mi necesidad, y me tumbo en vuestra orilla. Convidemos y procuremos olvidar que no nos pertenecemos sino en la medida que nos permite este factible intervalo. ¡Si supierais el insuflo de vida que sopláis en mi persona y el inabarcable halo de savia que ofreceríais a los disipados ganadores!
Hoy pierdo. Quiero adentrarme en vuestra mirada esperanzadora, en el lamento que os aqueja, en la aflicción y el deleite de vuestros corazones, tan válidos y tan ocultos. ¡Qué osadía! Posicionarme a través de meras palabras que todo y nada saben del colosal sufrimiento de la humanidad, esa desazón inmensa que solo puedo sentir a través de vosotros, los que todavía no os habéis salvado. Conjuguemos las infinitas posibilidades para unirnos en diversos emplazamientos y finitos tiempos, consentirme nuestra alianza indefinida pero obligatoriamente. Sin la certidumbre de nuestro trato se hunde la felicidad y expectativas de mi futuro.
Mis tempranos nuevos tiempos (Poema 1º)
llegó la calma a la tierra,
llenó de polvo el tiempo.
Se quedó la voz mermada,
de beber aburrimiento,
de sopor una camada
nacida de sus adentros.
Atrás el corazón atento
para atisbar investidas.
Atrás calor y aliento,
Atrás el lidiar con miras.
Ahora sólo el invierno,
de hielo son las salivas,
los edificios sombreros,
y el cielo ya no se avista.
Qué gracia tendrán chilindrinas,
si tiene cosquillas lo serio,
y son de misterio sonrisas.
Qué nueva traerá lo nuevo,
si ni los pliegues se arrugan,
ni se inauguran recuerdos.
Por qué se acurrucan liendres
y busca ventisca agujero,
si no hay lluvia que ahogue,
sólo hay flor, sólo tiesto.
¡Qué amanezcan farolas!
!Qué sin palio ni miedo,
llegue la noche tan sola!
Qué ni tú eres más que el hoy,
ni el hoy es más ahora.
Ni el verde es verde ya,
ni la esperanza su alfombra.
¡Coge rauda los disfraces,
agáchate y conjetura!
!Maquilla tus malestares,
vístete y deslumbra!
Mis tempranos nuevos tiempos (Poema 2º)
calienta aquí a mi musa,
cuéntame que fue del Sol
de las bélicas andaduras.
Qué fue de los largos paseos,
qué fue de la luna luna,
qué fue del surcar el Egeo,
en trincheras de amargura.
No quisiera para mi la tortura
ni la muerte de vecina,
antes negar la aventura,
que pisar la rojiza.
Más aquí un bramido desesperado,
de quien peina su ignorancia,
con el peso de un arado,
de quien no mide la desgracia,
de a quien le faltan años…
Pese a ser consciente de nombrarlo,
nunca he temido al castigo.
Al impertinente e indomado,
llamarle por todo el indigno.
Pero aguarda rivera del beso,
no me apresuro si proclamo,
que le falta montaña al ascenso,
que yo he iniciado sin manos.
Y que por recordar no quede,
hubo coraje y motivos,
que ensalzaban al veinte,
y que hacían el camino.
Dónde buscar los ijares,
conexiones del aire y el trigo,
dónde aceitunas y panes,
dónde la prosa y estilo.
Dirán que tonto por los celos,
por querer respirar ese estío.
Por llenar de los hechos sus versos,
hasta al más infeliz envidio.
Pues ya no hay poesía de verás,
y sin ella mi pecho es desierto
porque a un corazón de poeta
le precisa latir con su tiempo.
Teatro en mí
Quizá hoy más que nunca, después de la última fiesta, pueda responder a aquella primera pregunta: “¿qué es el teatro para ti?”
La riqueza de este teatro que hoy vislumbro es esencialmente ajena al objetivo final de la representación pública. Es innegable la increíble satisfacción que implica el saber que estás haciendo pasar un buen rato a unas personas que, por muy alejadas que estén de ti, se entregan y te lo agradecen, en una suerte de favor común, de unión y comprensión en torno a la belleza imperecedera del compartir sonrisas.
Pero, pese a esto, la mayor recompensa se halla en el recorrido previo. Es atravesar una y mil veces los bastidores y seguir sintiéndote cómplice de un espacio y de un tiempo que han perdido su sentido original por defender lo efímero frente a lo sedimentado y lo pautado. Lo haces mejor o peor en función del grado en que consigues meterte en el papel y hacer creíble tu personaje, pero tú eso no lo acabas de saber; sólo ves continuar el espectáculo sintiendo que formas parte de algo maravilloso. Y todo esto adecentado por un compañerismo sorprendente: honesto, vivo.
Más allá de estar representando una obra del s.XVI o unas sencillas variaciones teatrales, lo realmente valioso para mí es la labor personal, el orgullo de ser capaz de ahondar en una misma y obtener mejores frutos. Al nivel en el que nosotr@s lo hemos disfrutado, el teatro es un mundo paralelo en el que sumergirse, explayarse y dejarse llevar por lo más sincero, lo más puro que tira de ti desde dentro. Es así porque te fuerza a la empatía más libre, la de un personaje que en gran medida es construido por ti a partir de un otro.