domingo, 12 de diciembre de 2010

Son de emisión

1º Capítulo: La Escaramuza


La noche sonreía y se removía,

-Ahora os odio-

Se repetía Szinka mientras huía hacia casa, el rudo frío traspasaba sus vestiduras en un caminar acelerado y seguía, pese a todo, buscando ese atisbo de complicidad o aquellas palabras de amparo en cada mirada que le regalaba la gente que galopaba en aquella calle desierta.

Attila recorría aquella avenida desenfadadamente, con la seguridad propia de su naturaleza. Había decidido tranquilamente marchar de aquel bar sin avisar, era consciente de que el grado de bienestar de su psique podía depender de aquello. El alcohol y las luces actuaban hoy como enemigos, era tan solo capaz de ver instintos saltando por los aires mientras chocaban con la música electrónica, veía al ser humano en plena posesión de su libertad, degradada e insincera. Era una pena que hoy no fuera una de esas noches en que el ambiente había sido de su agrado y haber podido disfrutar enormemente sucumbiendo en la lujuria. Dejó de lado aquellos recurrentes pensamientos conforme veía acercarse trotando una figura que le hizo concentrarse en un asunto que le tenía preocupado desde hacía un tiempo. Otra vez, como tantas noches desde hacía aproximadamente dos meses llegaría solo a su piso, con sensación de insatisfacción y habiéndose autonegado al disfrute de las delicias de nuestra raza.

Un embrujo en aquel aire helado o una conjunción de todas las moléculas que facilitan el atrevimiento le impulsaron a decidir que esta era la noche, aquel el lugar y ella la afortunada.

- ¿Crees que uno de los baremos para medir la profundidad de una persona podría ser la cantidad y cualidad de sus dudas?

- Sí, pero sería muy difícil construir un baremo de cada persona.

- No excesivamente, si sabes y quieres hacerlo.

- También se podría medir esa profundidad según la manera en que es acorde su comportamiento a sus principios o a lo que dice que son sus principios.

- Pero eso es más variable, los principios actualmente no están tan definidos a grandes masas como antes o como en otras partes del mundo.

- Pero hay principios que deberían venir definidos directamente por las necesidades intrínsecas del ser humano, solo por las alabables claro. Además a lo que me remitía es a si crees en algo como principio y a partir de ahí, llevas a cabo la acción o no. Por ejemplo si te preocupa el medio ambiente o si dices que te preocupa y después tus actos lo perjudican, tu profundidad como persona es menor.

- Pero estos convencimientos entran muchas veces en contradicción con lo que te conviene o a lo que estás acostumbrado. En el mundo occidental los principios podrían venir dados por aquello que concebimos como bienestar y como particular.

- Te podría poner una excepción a eso, no me sale perfecto pero comiéndome el puto frío sigo bajando en bici a la Uni, no es para alabar, sé que no cambio nada pero me siento a gusto conmigo misma.

-¿Y cómo combates la comodidad?

-Es cuestión de paz interior

-“Un corazón que se autolesiona para solucionar los padeceres de la humanidad”

-No me vaciles, no es eso.

-Ya, lo decía en serio. No sé, Me cuesta comprender el mundo en el que vivo, tanto que constantemente pienso que es imposible. Que la complejidad de los procesos que han llevado en la actualidad al punto concreto en el que estamos es imposible de manejar mentalmente, es imposible siquiera acercarse a lo que ella quiere transmitirme, a lo que este momento de la historia me ofrece para poder desarrollar la función de mi vida.

-Sigue sin excusarte del compromiso que su existencia debería acarrearte. Aunque supongo que es cuestión de necesidades interiores, tampoco puedo juzgarte por ello.

-Ya lo estás haciendo. Suele ser costumbre del que se halla superior en cualquier aspecto moral o cultural intentar no lastimar verbalmente al que no llega a su nivel.

-Ya. Lo siento.


- También suele pedir perdón cuando su acto es claramente expuesto en el lugar común de la conversación.


- Vale pues entonces…¡ Siéntelo! “Ten ese corazón que siente las cuestiones que han degradado nuestra historia” No dejes que yo te tenga pena, no permitas que te sea superior en ello.


- La apatía roza el corazón de cada ser humano en cada movimiento e intento pese a todo que asi no sea conmigo, aunque no me atrevo a llamar a lo que me guía principios. Intento portarme bien con el ser humano, respetarlo en toda su medida como habitante del mismo basándome en lo que conozco de él y en el intento constante de conocerlo más mediante la empatización, por ejemplo. Soy consciente de muchos de los problemas, leo los periódicos todos los días y mantengo el espíritu abierto a cualquier información, la leo, la veo, la escucho. Reconozco que posiblemente vengan dados por esa complejidad de procesos ya comentada pero no puedo hacer más.


-Yo no hago más, hay un equivalente. Aun así prueba el acto concreto, hay muchas posibilidades para ello.


-Sí, tienes razón. Realmente nunca me he planteado seriamente una ayuda directa o programada por un ente mayor a mi persona.


- Pues plantéatelo a partir de ahora.


-Seguro que siempre has creído que eras buena persona.


-Nunca he dicho eso.


- Pero siempre lo has pensado. ¿Sí o no?

-Sí

- En el monólogo interior no suena ridículo repetírselo. Soy Attila

-Szinka

Un apretón de manos y una mirada de aprobación pusieron el punto final.

Attila subía las escaleras del 42 de Nagymezö utca. Llegaba solo, con sensación de satisfacción y habiendo disfrutado de las delicias del ser humano.

Tal como dijo él en su monólogo interior justo antes de iniciarse al placer del sueño:

“with a satisfied mind

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