sábado, 4 de septiembre de 2010

Poema inservible

Que por inocua torna espectral,
no por simple, más amena,
y por amorfa, siempre cortante,

pues la búsqueda de lo esencial,
sea en el gozo o en la pena

pervierte el anhelo espiritual
en un trozo de carne expectante.

Desolación,
a pesar del hálito
y la comprensión,

ansiedad,
con el rabiar del labio
de futilidad.

La desgracia
de compartir las mismas taras
y rehuir del alma,

la indecencia
de acomodar todas las olas
sobre un mar en calma.

Culpable o no de mi pecado,
no fue nunca un don querido,

y es probable que, si juzgado,
caiga en mi agravio lo que no he dado,
lo que no he sido;

solo ruego considerado
el que todo el amor negado
no fue jamás perro callado, sino alarido.

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